Un machismo invisibilizado incoherentemente
Un machismo invisibilizado incoherentemente
En primer lugar, es pertinente mencionar el texto que será analizado y comentado a continuación. Se trata del artículo titulado De negar “la violencia del machismo” a negar “el machismo de la violencia” redactado por Miguel Lorente Acosta, un médico y profesor universitario español. Posee un doctorado en Medicina, es especialista en cirugía y en medicina forense. Además tiene un máster en Bioética y Derecho Médico y fue nombrado Delegado del Gobierno para la Violencia de Género adscrito al Ministerio de Igualdad en abril de 2008, cargo el cual ocupó hasta el 2011.
Principalmente el tema tratado en este escrito es el machismo, cómo este logra colocar trampas en el camino hacia la igualdad de género en las sociedades y cuáles son sus argumentos, generalmente falaces y míseros, que comúnmente son empleados para asegurar su inexistencia e invisibilizarlo. Básicamente explica a los lectores que aquellos que adoptan esta actitud o manera de pensar que defiende el hecho de que el hombre es por naturaleza superior a la mujer, limitan cada uno de los casos de algún tipo de violencia o maltrato hacia las mujeres a circunstancias particulares y personales. De este modo cada uno de esos acontecimientos coléricos en contra de ellas quedan plantados como accidentes causados por las circunstancias que han rodeado a los hechos o debido a las características y rasgos particulares de la persona que los ha cometido tales como comportamientos narcisistas, impulsivos, asertivos, entre otros. De esta forma y casi sin notarlo, el machismo queda impune aún cuando este el problema de la violencia de género, es la falocracia la que alimenta a todos los casos de agresiones y al resto de la sociedad. Además no es complicado comprender que los homicidios nacen de la voluntad y de la decisión de matar del agresor, quien actúa por motivaciones internas y posicionándose ante los elementos del contexto. En ningún caso se puede interpretar esta influencia como un acto impulsivo e incontrolado. En la mayoría de las veces se busca controlar, corregir y castigar a las mujeres cuando se desvían del guión establecido.
Una vez conocidas las cifras y estadísticas oficiales de esta problemática que nos demuestran que son 70 las mujeres asesinadas cada año y 700.000 las maltratadas (datos que hablan a gritos desde su silencio), el machismo por su parte, y ya que no puede continuar negando la violencia del machismo, intenta ahora rechazar y desmentir el machismo de la violencia. Tal y como menciona Miguel Lorente, cuando parte de la comunidad que posee pensamientos falócratas y retrógradas observa que la sociedad pide a gritos un cambio al defender y accionar a favor de la igualdad como derecho, rompiendo así con la injusticia de la desigualdad de la que nacen los privilegios de las mujeres, y al comprobar que se incorporan con normalidad a los espacios y funciones que les habían sido negados, interpretan que esa nueva realidad es un ataque a sus posiciones y responden con su argumento habitual, la violencia.
Gracias a las estrategias y absurdas excusas utilizadas por el machismo para cuestionar la realidad de la violencia contra las mujeres, impidiendo así que se llegue a su raíz y causa, nos encontramos probablemente con uno de los datos más indignantes: el 3% de la población de la UE manifiesta que la violencia de género está justificada en algunas ocasiones, y un 1% afirma que lo está en todas las ocasiones. Incluso las propias mujeres hacen parte de aquellos porcentajes que justifican los homicidios y abusos físicos, sexuales o psicológicos cometidos sobre la población femenina sin importar su edad o condición social. También nos encontramos con un 44% de féminas que no denuncian por considerar que la violencia que sufren no es lo suficientemente grave, es decir, porque piensan que esa violencia es “normal”.
Desde mi punto de vista, la única manera de comprender la gravedad de las agresiones a las que las mujeres son sometidas, las soledades y sumisiones en las que han sido obligadas a vivir durante siglos por el simple hecho de haber nacido con un doble cromosoma X y de evitar que estos atroces actos se sigan cometiendo, es con una correcta educación desde la edad escolar tanto en casa como en el colegio. Asimismo es de vital importancia comenzar a entender el significado real y las verdaderas causas y propósitos del feminismo así como también conocer e informarse sobre las desviaciones radicales que han surgido para manchar su finalidad, tanto ellos como ellas deben trabajar en equipo y unirse para rechazar dichas ramas que deforman su causa enseñándoles a las demás personas que estas derivaciones no representan en lo absoluto la igualdad entre hombres y mujeres y las justas razones por las que lucha este movimiento. No es un asunto exclusivamente de las mujeres, afecta a toda la población ya que de forma innata buscamos el bienestar de nuestra nación para que cada vez sea más próspera, justa y con una mayor calidad de vida; apoyar el feminismo hace parte de la evolución y el desarrollo que se buscan.
En pleno siglo XXI es bien sabido que los jóvenes poseen mentalidades muchísimo más liberales que en épocas antiguas; no obstante rasgos de machismo son últimamente observados en ellos y es por esto que es importante conocer que los homicidios por violencia de género son la consecuencia de una historia de violencia que los maltratadores van desarrollando con el tiempo. Se trata de un proceso en el que van integrando elementos que refuerzan su decisión y aquellos otros que de alguna manera la cuestionan. Como explica Miguel Lorente “la evolución final dependerá de la mayor presencia de elementos a favor del homicidio o de factores críticos con la idea de matar. Ante esta realidad hay que informar y mucho, mandando un mensaje crítico a los agresores y a su entorno”. Todos ellos así como se unen a la lucha en contra del racismo o la xenofobia, deben hacerlo en contra del machismo que posee pensamientos igual de absurdos.
Muchas veces son empleados argumentos ignorantes para justificar comportamientos discriminatorios o agresivos hacia las mujeres. Generan confusión en una sociedad pasiva que contempla la realidad como si no formara parte de ella. El más reconocido es posiblemente que desde los inicios del ser humano, los hombres llevaban a cabo las tareas que más valentía y valor requerían tales como cazar o guerrear.; por el contrario, ellas realizaban labores domésticas. Se dice que los machos defendían desde fuera lo que ellas cuidaban desde dentro. Si bien es cierto que biológicamente ambos géneros poseen características distintas, históricamente ellas han sido víctimas de una incongruente discriminación laboral. Por ejemplo, en España las mujeres cobran un 23% menos que sus compañeros varones y su presencia en los puestos de poder, tanto en el ámbito sigue siendo residual. Este fenómeno ocurre incluso gozando ellas con títulos universitarios y estudios superiores a los de sus compañeros. Una situación nada justa.
Otros de sus razonamientos tramposos suelen ser la cantidad de denuncias falsas que se dan con el supuesto propósito de abusar de la Ley Integral (dirigida a abordar globalmente el problema de la violencia de género) para orientarla completamente en contra de los hombres; igualmente es muy común escuchar que todas las violencias son importantes, que las mujeres también maltratan, que “sólo son unos pocos hombres” en comparación con la totalidad de hombres de la sociedad, que según Lorente y lo cito a continuación: “El argumento es tan pobre como decir que como sólo se producen unos 300 homicidios al año y que por lo tanto tampoco existe ningún problema con la criminalidad”; que el machismo son conductas que únicamente pueden hacer los hombres sobre las mujeres, por lo que como los hombres también agreden a otros hombres y las mujeres actúan de manera similar en ocasiones, ya no hay machismo en las agresiones que realizan los hombres sobre las mujeres (de nuevo buscan esconder el machismo de la violencia que se genera) y el hecho de que las conductas machistas se encuentran en los genes de los hombres desde tiempos pasados, por lo que es algo inevitable.
Ya para finalizar y después de haber explicado en el párrafo anterior los argumentos falaces usados por la comunidad machista que nos menciona Lorente en su artículo y de entender lo irracionales que son, recalco mi total apoyo y lo de acuerdo que me encuentro en relación al escrito. Al analizar más a fondo las trampas que son puestas en el camino hacia la igualdad por el machismo y la manera en la que este busca invisibilizarse, los lectores caemos en cuenta de la falta de educación presente en la sociedad tan notoria al existir un pensamiento discriminatorio hacia el género femenino por el simple hecho de ser mujeres. Lo que define al machismo es esa cultura que determina las identidades y crea los valores, ideas y mitos que las sustentan. Los machistas que están usando la violencia se refuerzan identificándose con la violencia que utilizan otros hombres violentos, de ahí que la violencia de género continúe y se repita.
“El machismo está cada vez menos presente, pero los machistas que están son cada vez más violentos. No debemos permitirlo.- Miguel Lorente.
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